El desarrollo de la IA puede provocar un aumento cada vez mayor de basura electrónica o e-waste. Las estadísticas detallan que si no hay una medida que frene esto se generaría entre 1,2 y 5 millones de toneladas de residuos en la década que estamos viviendo.
El contenido que aumentaría sería de los elementos del hardware, como las unidades de procesamiento o las de almacenamiento, y los sistemas de alimentación, apunta el estudio.
La investigación es de la revista Nature Computational Science en colaboración internacional liderada por científicos de China e Israel.
Si bien, la IA vino para quedarse y agilizar temáticas laborales y de la vida cotidiana, significa que necesita de elementos de última generación para su correcto funcionamiento, lo que hace pensar que otras tecnologías queden obsoletas.
El estudio publicado este lunes por el investigador de la Academia China de Ciencias, Peng Wang, habla centrándose en grandes modelos lingüísticos, entre 2020 y 2030.
Una proyección sería el alto grado del volumen de residuos electrónicos podría alcanzar los 2,5 millones de toneladas al año en 2030, suponiendo que no se realizaron las medidas correctas para frenarlo.
Otro estudio habla de 1,5 millones de toneladas de placas de circuitos impresos y 0,5 millones de toneladas de baterías, que pueden contener materiales peligrosos como plomo y cromo.
Los consejos que los autores plantean es la aplicación de estrategias de economía circular y de allí se reduciría una generación de material tecnológico de hasta un 86%.
Por último, además de la gran cantidad de residuos que peligra el mundo ecológico y cotidiano de las personas, otra consecuencia sería la contaminación que representan los artefactos en mal estado.